•Bussmann et al. analizaron los efectos del ejercicio físico en dieciséis pacientes neurológicos "relativamente bien recuperados" con SGB y 4 pacientes neurológicamente estables con PDIC (14 mujeres y 6 hombres) con una edad media de 49 años severamente fatigados. La fatiga se evaluó con la Escala de Severidad de la Fatiga (FSS), un cuestionario de 9 ítems. La puntuación FSS se calcula como la puntuación media del punto, que van de 1 ("no hay signos de fatiga") a 7 ("fatiga más incapacitante"). Estos pacientes participaron en el estudio de un entrenamiento aeróbico centrado generalmente en el aumento de la aptitud física, y de esta manera obtener también otros efectos beneficiosos en el estado de ánimo, la depresión o el funcionamiento mental. Utilizaron como variables consumo máximo de oxígeno (ml/kg/minuto) y el pico de potencia (W) los cuales se determinaron mediante una prueba de cicloergómetro incremental, durante la cual se controlaba la frecuencia cardíaca y el intercambio de gases; el consumo de oxígeno, se registró durante los últimos 30 segundos del nivel de carga más alta. Se encontró que los pacientes se sintieron menos fatigados además el estudio mostró tener un doble efecto, no sólo mejoro la forma física, sino también cambio directamente el funcionamiento mental y otros dominios de funcionamiento. Esta ultima explicación se apoya en la impresión subjetiva de los investigadores y terapeutas físicos involucrados en este estudio. (91)